Resiliencia regresa a tu estado natural

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Basil Manning
Resiliencia regresa a tu estado natural

Muchos os estaréis preguntando qué es la resiliencia. Este concepto es un término que deriva del latín (del verbo resilio, resilire: "saltar hacia atrás, rebotar"). La resiliencia en realidad significa volver nuestro estado anterior, nuestro estado "natural" por decirlo de alguna manera, especialmente después de pasar por una situación crítica o inusual. Es la capacidad que tenemos de afrontar la adversidad saliendo fortalecidos y alcanzando un estado de equilibrio personal.

Contenido

  • ¿En qué consiste la resiliencia?
  • Cómo desarrollar la resiliencia
  • Cualidades personales para una óptima capacidad de resiliencia
  • Cómo desarrollar nuestra resiliencia

¿En qué consiste la resiliencia?

En psicología, la resiliencia corresponde a la capacidad que tenemos para hacer frente a nuestros propios problemas.

… superar los obstáculos y no ceder a la presión, independientemente de la situación. Es la cualidad que mostramos para sobreponernos a períodos de dolor emocional y traumas. Su significado es muy similar al del término "entereza". La teoría también nos dice que la resiliencia es la capacidad del individuo para tomar una decisión en un momento de crisis, aún teniendo miedo del efecto que dicha decisión nos pueda causar. Con esta capacidad la persona demuestra si sabe o no hacer frente a una situación de presión.

Diversos estudios han demostrado que la resiliencia es algo común, no es una cualidad extraordinaria en el ser humano. La gente por lo general demuestra poseer resiliencia suficiente para afrontar los avatares de la vida.

Ser alguien con resiliencia no significa que no experimentemos dificultades o angustias. El dolor emocional y la tristeza son normales (e incluso adaptativos) en las personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia probablemente está lleno de obstáculos que afectan nuestro estado emocional.

Por otro lado, la resiliencia no es una característica que se posee de forma estática, pues incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas como cualquier otra capacidad.

Cómo desarrollar la resiliencia

Se ha podido constatar que uno de los factores más importantes en la resiliencia es tener relaciones de cariño y apoyo dentro y fuera de la familia. Relaciones de este tipo, que ofrecen amor y seguridad, contribuyen a afirmar la resiliencia de la persona. Aunque existen una combinación de factores que contribuyen a desarrollarla efectivamente:

  • La capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo.
  • Una visión positiva de nosotros mismos, confianza en nuestras fortalezas y habilidades.
  • Trabajar las destrezas en la comunicación y en la solución de problemas.
  • La capacidad para manejar sentimientos e impulsos fuertes.

Todos estos son factores que las personas podemos trabajar nosotros mismos o, si no nos vemos capaces, con apoyo de algún especialista.

Cualidades personales para una óptima capacidad de resiliencia

Por otro lado, los expertos han analizado cuáles son las cualidades que permiten a unas personas salir más airosas que otras en los momentos más difíciles y complicados, y han determinado que son las siguientes:

  • Flexibilidad y adaptabilidad: si esperamos que todo salga como deseamos y maldecimos cuando no es así, esta actitud nos limita a la hora de hacer frente a la realidad. Debemos aceptar que las cosas pueden ser como las esperamos, o completamente diferentes, y estar preparados para ellos. De este modo, podremos idear soluciones creativas e innovadoras que de otra forma nos sería imposible.
  • No victimizarnos: cuando nos victimizamos, perdemos el poder que tenemos para cambiar la realidad. En la adversidad, es necesario analizar fríamente qué recursos tenemos, qué es lo que está en nuestra mano hacer o cambiarlo y ponernos manos a la obra.
  • Tener esperanza y visión positiva de la vida: cuando atravesamos un mal momento, nos parece que nuestro futuro se ennegrece automáticamente y que nada cambiará durante el resto de nuestra vida. Es importante confiar en que las cosas mejorarán y saldrán bien, y continuar buscando los aspectos positivos que podamos encontrar en las circunstancias que estemos viviendo, por muy negativas que nos parezcan.

Esta visión positiva no impide que la persona sea realista, porque no supone dejar de ver los obstáculos, pero le permite no centrarse sólo en ellos.

Cómo desarrollar nuestra resiliencia

La resiliencia significa, sobretodo, mantener la mente abierta para poder afrontar mejor las circunstancias difíciles o eventos traumáticos.

Para conseguirlo podemos seguir los siguientes consejos:

  • Darnos libertad para experimentar emociones fuertes, pero reconociendo cuando tenemos que evitarlas para poder seguir funcionando de forma efectiva.
  • No tirar la toalla: seguir adelante y actuar para atender nuestros problemas y enfrentar las demandas de la vida diaria.
  • En ocasiones, dar un paso atrás para descansar y llenarnos de energía nuevamente.
  • Buscar tiempo para estar con nuestros seres queridos para recibir su apoyo y estímulo, y también su cuidado.
  • Confiar en los demás, pero sobretodo confiar en nosotros mismos.

Para terminar decir que, en alguna ocasión he visto comparar la resiliencia con hacer un viaje río abajo dentro de una balsa: en un río podemos encontrar aguas lentas, rápidos, virajes inesperados, áreas poco profundas y otras arrolladoras. Como en la vida, los cambios que experimentamos en el camino siempre nos afectan de alguna forma. Pero el hecho de viajar por el río nos ayuda a conocerlo y a recordar las experiencias pasadas que hemos tenido con él. Por eso, nuestro viaje es un diario que se escribe cada día, que nos ayudará en el futuro para hallar las estrategias que nos funcionen mejor cuando las aguas están más bravas, pero cuando no lo están tanto, también.

La perseverancia y la confianza en nuestra capacidad para evitar los obstáculos son muy importantes. Hemos de pensar que nuestra perspicacia al navegar con éxito en las aguas embravecidas nos dará valor. Las personas en quienes confiamos y que nos acompañan en el viaje, pueden ayudarnos a enfrentarnos a los rápidos, las corrientes y otras dificultades del río.

También podemos bajarnos de la balsa y descansar en la orilla del río de vez en cuando. Sin embargo, para continuar nuestro viaje de la vida, debemos volver a subir a la balsa y continuar…


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